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Historia de la novela colonial hispanoafricana

Antonio Carrasco, Historia de la novela colonial hispanoafricana, Casa de África
Antonio M. Carrasco González
Casa de África, 42 | Madrid, 2009
21×15 cm; 340 págs. | ISBN: 978-84-95140-67-8
150 ilustraciones en blanco y negro


La presencia española en Guinea, Sáhara y Marruecos dio lugar a situaciones y peripecias que los escritores aprovecharon por su curiosidad histórica, su originalidad o por las especiales características emocionales o personales de autores y personajes. Desde mediados del siglo XIX, y sobre todo durante la primera mitad del XX, aparecieron en nuestro país decenas de novelas dedicadas a la presencia colonial en África. Algunas de ellas constituyen buenos ejemplos de novelas contemporáneas, otras han quedado como reflejo socioliterario de una etapa pasada y una manera de vivir totalmente acabada. El recorrido por la historia de esos libros deja un labor agridulce, un sentimiento contradictorio y muchas fuentes para una interpretación histórica.

Antonio Carrasco, conocido africanista, nos ofrece en este ensayo una herramienta indispensable para el investigador y el bibliófilo, pero también una guía clara, eficaz y bien documentada para el lector que se acerque por primera a este exótico género narrativo. Un apartado para la curiosidad intelectual de primera magnitud.


“A Guinea se llegó en 1778, aunque hasta 1858 no se puede hablar propiamente de inicio de la colonización por el estado de abandono en que se tenían los territorios. Más aún, quizás hasta finales del siglo XIX o principios del XX no hubo una población que se pudiera llamar colonia y ésta estaba reducida a muy pocos lugares. Hasta la década de los veinte del siglo pasado no se llegó a explorar todo el territorio español del continente africano. Así resulta lógico comprobar que las primeras referencias a esta colonia en la novela española aparezcan en 1886, año en que Donacuige escribe unos capítulos de muy poco detalle. Y hubo que esperar hasta los años que van desde 1921 a 1925 para encontrar los relatos de José Más, escritor al que la necesidad le levó a trabajar en la colonia y conocía de primera mano la vida en el país. En 1925 aparece La danza de los puñales, de Buenaventura Vidal, un intento a medias logrado de hacer una novela de aventuras africanas. Después sería Jesús R. Coloma quien dedicara algunos cuentos en 1928 y Joaquín Rodríguez Barrera una novela deslavazada, pero llena de detalles de vida indígena en 1931. En la época republicana Eladio Antonio Rebollo da a la luz una novela con más intención política que literaria.

La Guerra Civil obligó a muchos españoles al exilio. Uno de ellos Guillermo Cabanellas, antiguo funcionario colonial, publicó en Buenos Aires en 1944 La selva siempre triunfa. Y después hay que esperar hasta los años cincuenta para que se produzca una pequeña explosión literaria guineana, que nos trajo algunos de los mejores relatos del tropicalismo español. Fang Eyeyá (1950) de Germán Bautista Valverde, La selva humillada (1951) de Bartolomé Soler, Efún (1955) y La mujer del colonial (1962) de Liberata Masoliver, Tierra negra (1957) de Domingo Manfredi, Tres modos de vivir (1958) y Los que no se van (1967) de José María Vilá y En el bosque fang (1962) de Iñigo de Aranzadi. La narración Guinea siguió tras la independencia del país. La situación colonial se encuentra en Manto verde bajo el sol (1973) de López Izquierdo, Historia de una maestra (1990) de Josefina R. Aldecoa, La última cacica (1990) de María Paz Díaz, El corazón de los pájaros (2001) de Elsa López y Al sur de Santa Isabel (2002) de Carles Decors.

A este panorama hay que añadir las novelas que los misioneros escribieron sobre este territorio: Alma española (1952) de Francisco Onetti, Operarios del última hora (1955) de Augusto Olangua y un cuento en Luces en la noche (1960) de Carlos E. Mesa. Y algunas novelas para el lector juvenil: En las selvas de África (1962) de J. Gabarras, Rumbo a Elobey (1974) de José Lorman, El aprendiz de Stanley (1999) de Paco Climent y Aprendiz de marinero (2000) de Armando Boix.

Poco más se puede añadir a la historia de la literatura colonial sobre Guinea española. Hay que citar dos novelas de autores indígenas, publicadas en la etapa española: Cuando los combes luchaban (Madrid 1953) de Leoncio Evita yUna lanza por el boabí (Barcelona 1962) de Daniel Jones Mathama. En el teatro han quedado pocas muestras de los que fue este periodo histórico: Bajo el sol de Guinea (1945) de Soria Marco y una obra cubana sobre los deportados de 1869, Fernando Póo (1983) de Ignacio Gutiérrez. Si hay una abundancia de relatos y poemas, publicados en las revistas y periódicos de la colonia, de escasa calidad y poca trascendencia. Una selección de esto se puede ven en las antologías de Nerín y Creus [1] para los escritores europeos y de Donato Ndongo [2] para los indígenas. A esto hay que sumar los relatos que dos escritores americanos, Horacio Quiroga y Roberto Arlt, dedicaron a la colonia española.” [texto: Antonio Carrasco González]
[1] Estampas y cuentos de la Guinea Española. Clan editorial. Madrid 1999.
[2] Nndongo-Bidyogo, Donato: Antología de la literatura guineana. Editora Nacional. Madrid 1984; Nndongo-Bidyogo, Donato y N’gom, M’bare: Literatura de Guinea Ecuatorial (Antología). Sial. Madrid 2000.
 
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